miércoles, 22 de febrero de 2017

Lectura febrero. El novelista ingenuo y el sentimental

El día 21 de febrero se reunió el Club de Lectura "Concha Méndez" en la Biblioteca Pública Manuel Altolaguirre, para comentar el libro El novelista ingenuo y el sentimental del Premio Nobel Orhan Pamuk, publicada en el año 2011.

El contenido de la obra son seis conferencias que el autor dio en la Universidad de Harvard.
Es un ensayo sobre la forma de escribir de cada autor, cómo lo entiende o qué piden los lectores,  detalles de la forma de escribir del propio autor haciendo mención a algunas de sus obras,…
Define qué entiende él por un novelista, o un lector, ingenuo, que sería el autor espontáneo, natural, en cierta forma “irreflexivo”. Y un novelista, o lector, sentimental, que sería el que cuida las normas de escritura, el que reflexiona y se hace continuas preguntas sobre lo que ha de escribir.
Pamuk entiende que un buen novelista debe tener características de las dos definiciones.
En la página 17 nos dice: “El verdadero placer de leer una novela empieza con la capacidad  de ver el mundo no desde el exterior, sino a través de los ojos de los protagonistas que viven en ese mundo”.
Nos enseña la diferente percepción que tienen los escritores y los lectores según sean occidentales o turcos, ya que según el autor la novela llega a Turquía más tarde que a occidente.
Nos habla de la poca tradición de lectura y creación de novela que hay en Turquía, mientras que el autor, hablándonos de su trayectoria personal, se sirvió de la biblioteca de su padre para introducirse en ese mundo. Fue un gran lector antes de iniciarse en la escritura, leyó a los grandes clásicos.
Nos dice que la novela negra sigue unos mismos parámetros a la hora de escribirlas, ya que el autor debe intentar tener al lector enganchado al transcurrir de la intriga, por lo que de vez en cuando aparece un nuevo dato, un nuevo suceso,…; para mantener ese interés.
Hay escritores que desde el inicio de la obra se marcan un guión y lo mantienen a lo largo de la narración, supeditando la acción de los personajes a la idea; sin embargo, otros inician la historia y pueden ir modificándola según el transcurrir de la misma, por lo que no saben cómo puede acabar.
Hay escritores que escriben pensando qué va a imaginar el lector y lo tiene en cuenta a la hora de escribir, por lo que dirigen la obra en una dirección, para poder contentarlo, o bien en otra para sorprenderlo.
Hay lectores que leen las obras con un carácter posesivo, es decir, que al ir leyendo piensan que el autor las han escrito pensando en ellos pues se identifican plenamente con la narración de los hechos.
También nos habla del centro de la novela, un concepto que encerraría la idea principal que el autor quiere transmitir a los lectores, hay veces en que el escritor va conduciendo al lector a ese centro, aunque otras muchas son estos los que se afanan por encontrarlo, sin saber si el escritor lo ha ocultado, o siquiera si lo ha escrito. No tiene por qué coincidir el mismo centro para cada lector.
Compara la creación de la novela con los museos, y su contenido pictórico (No hay que olvidar que en un principio se quiso dedicar a la pintura), de ahí que comente que existan escritores visuales y escritores verbales. En la pintura se ve toda la obra al completo (una sola imagen), aunque se pueda ir desgranando poco a poco la composición de las distintas partes, en las historias narradas el lector va descubriendo poco a poco la trama de las mismas hasta su finalización (miles de imágenes).
El escritor, antes de iniciar la escritura de una obra, se la imagina en imágenes, debe después ir pasando la imagen que ha forjado en su mente a palabras, para poder transmitirla a los lectores. 
En la obra aparece comentarios de cómo el autor escribió la obra “El museo de la inocencia”.
A modo de conclusión y utilizando palabras de Nietzsche: “antes de hablar de arte, uno debe intentar crear una obra de arte”. Piensa que el escritor debe leer las grandes novelas de la literatura universal antes de escribir las suyas propias.
Además de reflejar sus opiniones personales, también hace mención a las características de la sociedad turca.
En la cultura musulmana es más complicado trabajar y difundir el mundo de las imágenes, tanto pictóricas como escritas, pues por tradición e imposición religiosa no las dejan difundir. 


La próxima reunión tendrá lugar el día 28 de marzo para comentar la obra "Malena es un nombre de tango" de Almudena Grandes.

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